Fotógrafo profesional con más de 35 años de experiencia. Un documentalista que ha pulsado con la imagen el drama de comunidades indígenas, la ciudad y la migración forzada. Ahora une su empuje a la labor humanitaria desde Paúl Venezuela.
Prensa Paúl Venezuela
El reconocido documentalista de la fotografía, Gustavo Bauer, se integra a las operaciones del Puente por la Vida de la ONG Paúl Venezuela y será enlace clave para la ayuda humanitaria hacia comunidades indígenas del norte del Estado Zulia, en la Guajira venezolana.
Bauer, que ha cosechado una amplísima trayectoria por más de 35 años en la fotografía, el fotoperiodismo y la fotografía documental, tiene el respeto y las relaciones para transitar entre las etnias que ha acompañado desde muy joven como reportero gráfico y por quienes ha levantado la voz y ha puesto la lente para denunciar el olvido de tantos.
La ONG Paúl Venezuela adelanta una serie de proyectos para ampliar la donaciones de medicamentos y ahora también para alimentación infantil y la confianza en Bauer es plena para sacarlos adelante y hacer llegar las ayudas a familias en situación de riesgo en las zonas indígenas.
«Desde 1984 he trabajado estrechamente con comunidades de varias etnias en la Guajira y en la Sierra de Perijá. Desde aquellos años la documentación de la cultura, las carencias y la vida indígena ha sido un gran foco en mi trabajo.
Bauer fundó lazos también siendo reportero y posteriormente jefe de Departamento de fotografía en el Diario La Columna donde destacó durante 11 años.
«Trabajando en el Diario La Columna me asignaron unos trabajos especiales de interés social y los sectores humildes de la ciudad, y de allí comencé a trabajar en mis primeras historias como documentalista. Aprendí que acercando la cámara a la gente y mostrando su realidad, de alguna manera los podía ayudar», comenta el gráfico.
Su búsqueda de ayuda para sectores empobrecidos a través de la fotografía ha llegado a encender alarmas sanitarias que promovieron operaciones que lograron salvar vidas de niños en barriadas de Maracaibo. Un emblemático caso se recuerda aún hoy día: El foco de diarreas y muertes en infantes por consumo de agua contaminada en el sector Sobre la Misma Tierra.
«Gracias a Dios mis trabajos, en su gran mayoría, han resaltado en la opinión pública y el impacto en la gente ha sido para bien. Recuerdo un reportaje en el barrio de población indígena Sobre la misma tierra, en Maracaibo, con base en una denuncia que llegó al periódico sobre unos niños muriendo de vómito y diarrea, logramos que en la segunda publicación del reportaje, la Alcaldía de Maracaibo y la Universidad del Zulia detectaran que la enfermedad era ocasionada por el agua contaminada que llevaban los camiones cisterna, mismos que también eran utilizados para achicar pozos sépticos. Fue una gran experiencia y una enorme satisfacción. Se logró el objetivo, frenar el daño y salvar vidas», apunta Bauer.
El también asesor de medios, conferenciante, profesor invitado de universidades y ganador del Premio Nacional de Fotografía se ha embarcado ahora en un ambicioso proyecto reporteril sobre el éxodo masivo de venezolanos por América Latina, historias de nacionales que han salido del país andando, que sobreviven en las calles de Colombia o Ecuador, travesías de familias que dejaron todo atrás para buscar una nueva vida, pero que sobreviven hoy sin protección alguna.
Más de 150 entrevistas ha recopilado Bauer en su más reciente viaje por unas 10 ciudades de Colombia donde se concentra gran cantidad de venezolanos víctimas de un exilio forzado por la crisis en el país.
«En mi viaje a varias ciudades de Colombia durante 23 días, fui testigo de muchas cosas. El primer impacto es darte cuenta del dolor y la rabia con la que cargan nuestros paisanos, quienes al preguntarles el motivo de su salida de Venezuela comenzaban llorar. Todos, sin excepción, se quebraron al contestar esa pregunta. Fue muy fuerte».
Y agrega: «Todas las historias recogidas, cada una de ellas fue importante, ninguna fue igual a la otra. A pesar que todas fueron por la misma causa, la historia individual era única para cada uno de ellos. Recuerdo el caso de una joven de 17 años con dos niños -uno de ellos especial- en Riohacha, que contaba que su marido había mandado a buscarla. Al llegar allá, el hombre se fue con otra mujer y la dejó sola con las dos criaturas. La joven estaba en shock, sin saber qué hacer, durmiendo en las calles con los dos bebés».
Bauer vive en persona el drama venezolano desde Maracaibo, y es allí donde mantiene su centro de operaciones, allí recibe información actualizada sobre situaciones en numerosas comunidades de la región manteniendo un flujo importante de datos que le ayudan a diseñar sus próximos trabajos fotográficos, datos que usará por igual para trazar rutas de ayuda humanitaria en alianza con la ONG Paúl Venezuela desde Madrid.
«Me une una estrecha amistad con la familia desde muy joven. Estoy acá para aportar, para poder ayudar a los necesitados, sobre todo de etnias indígenas, a los wayúu, he sido testigo de su profundad pobreza, del hambre, de las enfermedades y la miseria que esos pueblos están viviendo».
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@fotografobauer
Fotografías: Gustavo Bauer